INGREDIENTES
Para la pasta básica
- 280 g de harina
- 1/8 de cucharadita de sal
- 115 g de grasa vegetal
- 115 g de mantequilla fría
- 1 huevo grande
- 2 cucharaditas de vinagre de vino blanco
- 2 cucharadas de agua fría
Para el relleno
- 225 g de azúcar granulado
- 35 g de maicena
- una pizca de sal
- 285 ml de agua templada
- 60 ml de zumo de limón
- la ralladura de un limón
- 3 yemas de huevos grande, ligeramente batidas
- 1 cucharadita de mantequilla
Mezclamos la harina y la sal en un vol grande. Cortamos la grasa vegetal y la mantequilla en trozos pequeños y lo añadimos a la mezcla de harina. Utilizando un mezclador de pastas, mezclamos la mantequilla y la grasa con la harina hasta que adquiera la consistencia de la arena húmeda, dejando que queden algunos pedazo de mantequilla y de grasa del tamaño de un guisante. Batimos el huevo con el vinagre y el agua. Lo mezclamos con la harina, removiendo hasta que la mezcla este húmeda. La masa debería compactarse y poder adoptar la forma de una bola. Dividimos la mas en 2 bolas y envolvemos cada una de ellas con plástico.
Extendemos cada bola con el rodillo hasta que se forme un disco plano que cubra los bordes de los envoltorios de plástico. Dejamos enfriar en el congelador, mínimo media hora. Para extender la pasta, desenvolvemos un disco y lo colocamos sobre una superficie plana con un poco de harina. Aplanamos la pasta del centro del disco hacia fuera, hasta que adquiera el grosor deseado y sea al menos 2,5 cm mas ancha de el molde.
Precalentamos el horno a 220 ºC, extendemos la pasta sobre un molde y agujereamos la superficie con un tenedor y prehorneamos durante 25 minuto, con cuidado de no quemarla, dejamos enfriar a temperatura ambiente.
Mezclamos el azúcar granulado, la maicena y la sal en un vol colocado sobre un cazo con agua hirviendo. A fuego lento, mezclamos con el agua templada. A continuación, añadimos el zumo de limón y la ralladura de limón, las yemas de huevo ligeramente batidas y la mantequilla. Cozemos todo, removiendo constantemente, hasta que la mezcla llegue a hervir y se espese.
La cuajada de limón tendría que formar montoncitos al dejarla caer con una cuchara. Retiramos del fuego, colocamos una hoja de papel sulfurizado sobre la superficie para evitar que se forme una película y deje que se enfrié.
Una vez la tengamos a temperatura ambiente, la pondremos en el fondo de la tarta, esparciéndola bien por la tara, luego lo pondremos en la nevera un par de horas y a disfrutar de este rico y fresquito postre.